Pequeños consejos que vas a ignorar

¡Hola!

¿Qué tal? Imagino que cuando has abierto esta carta has pensado que era una más de las que recibes desde que fundaste tu club de fans de Harry Potter a través de la revista ¡Dibus!, pero lamento decirte que no; soy alguien que conoces muy bien. Te voy a dar unas pistas: comparte tu nombre, tu madre y también tiene arcadas cada vez que le ponen un plato de ensaladilla rusa frente a sus ojos. ¿Ya lo sabes, verdad? ¡Soy tu yo del futuro! No, no pongas esa cara de incredulidad porque para mí también es complicado contarte esto.

¿No me crees? Sinceramente, no lo entiendo. Estuviste años creyendo que los tentáculos de Úrsula salían de las paredes de tu cuarto y ahora vas de escéptico. Chico, pon un poco de tu parte y entra en el juego.

Lo que pretendo con esta carta es hacerte saber que no pasa nada porque seas gay. Perdón, quizás lo he soltado con poco tacto (spoiler: tu yo del futuro tampoco sabe gestionar bien las emociones). Tranquilo, nadie ha leído esta carta antes. Es un secreto entre tú y yo y no va a salir de aquí, cosa que no se puede decir de una de tus “amigas”, a la que se lo contarás y ella te prometerá que no se lo dirá a nadie. ¿Qué te diga quién es? Imposible. Esto no es una carta astral. Además, en el fondo esa amiga te hizo un favor porque te abrió las puertas del armario sin que tú tuvieras que empujarlas.

Perdona, sé que te estoy poniendo muy nervioso y que te tiemblan las manos mientras sujetas esta carta. Tranquilízate. Solo quiero que entiendas que no es una etapa, que tus gustos no van a cambiar de la noche a la mañana y que tu justificación de “no es que me gusten ciertos hombres, sino que quiero parecerme a ellos” es patética (otra vez mi falta de tacto).

No, en serio, no tienes nada de especial, en el buen sentido. Simplemente, te atraen las personas de tu mismo sexo como le sucede a otras millones de personas. Incluso te sorprendería saber que a muchos de tus amigxs (no es una errata, es lenguaje inclusivo, aunque te recomiendo que no te adelantes a tu época y lo uses en clase si no quieres suspender la mitad de las asignaturas) les pasa lo mismo. Es más, tienes amigxs muy cercanos que incluso lo llevan peor que tú.

Sé que una de las cosas que más te preocupa es tu familia porque has escuchado ciertos comentarios que te dan a entender que no lo llevarían muy bien. Por ejemplo, cuando en tu casa se critica a esos “que salen a la calle en bolas” o “vestidos de tías para llamar la atención”, o tu padre dice que se “caería al suelo tumbado si mi hijo un día me dice que le gustan los tíos”. Incluso has llegado a pensar que podría pasarte como a uno de tu instituto que se tuvo que ir a vivir con otro familiar porque sus padres lo rechazaron.

Lo siento, no te estoy dejando muy buen cuerpo y sé que sigues con tu plan de echarte novia, casarte con ella y hacer viajes por el norte de España con otras parejas como hacen tus padres, pero alguien te lo tiene que decir: tu plan es una auténtica mierda. Y no solo por la parte que le toca a la chica, sino por la infelicidad que te va a acompañar toda tu vida.

Además, ¿a quién quieres engañar? Te esfuerzas tanto en ser como otros de tu clase que a veces eres incluso peor que ellos. Como aquella vez que en clase de inglés tuviste que leer un fragmento de ‘El retrato de Dorian Gray’ y tú preguntaste por qué Oscar Wilde no se llamaba mejor Oscar Gaylde y toda la gente se rio. Menos mal que no estaba allí porque te hubieras llevado una buena leche por idiota. Como también te la mereces cada vez que te ríes de la “marimacho” o dices que Rubén debería llamarse Rubena. Por “suerte”, tu nivel de pluma es moderado y no te has convertido en el maricón de la clase. ¡Qué guay, eh! ¡Eres todo un macho homologado! ¡Menudo fiera! ¡Crack! ¡Máquina!

Eso sí, me sirve de consuelo que al menos te hicieran un poco de bullying por ser el friki de la clase que revendía cromos de Harry Potter y experimentaras lo que es ser el marginado. A falta de pan, buenas son tortas.

Mira, chico, si quieres actuar bien y que nadie dude de tu hombría, coge esta lista de cosas que tienes en tu cuarto y quémalas para eliminar cualquier tipo de sospecha:

  • Revistas de las I.T.C.H.
  • La edición especial de Moulin Rouge.
  • El casete de Mecano: Descanso dominical.
  • El Stick & Stack de La Bella y la Bestia.
  • El castillo de La Cenicienta, con todas sus figuras incluidas, especialmente la del hada madrina con purpurina.
  • Este objeto no ha llegado a tu estantería todavía, pero en cuanto acabe en tus manos, destrúyelo, préndele fuego o enfádate con la persona que te lo ha regalado: la autobiografía de Ricky Martin en la que cuenta cómo salió del armario. Solo te digo que si no haces eso, un día tu madre podría descubrir ese libro y preguntarte “¿Por qué tienes esto?” y tu respuesta “Es un regalo de coña que me hicieron” no sería muy verosímil. Quien avisa no es traidor.

Ahora en serio, tengo que decirte algo: es una frase cliché que te van a repetir mil veces a lo largo de tu vida y acabarás hasta las narices de escucharla, pero tienes que ser tú mismo. Y por ser tú mismo, no me refiero solo a que naturalices tu orientación sexual, sino   a que también le eches valor a la hora de hacer ciertas cosas que no haces por miedo a los demás. Por ejemplo, cómprate ya de una puñetera vez esas zapatillas que se iluminan con cada pisada que das porque a mis 27 años todavía no te he perdonado que no se las pidieras a papá y mamá. “Qué fácil es decir eso viniendo del futuro”, pensarás.

Pues sí, es lo que tiene el futuro, pero es que la adolescencia ya es una etapa bastante chunga como para que la compliques más. Además, tienes a gente a tu alrededor que te quiere mucho más de lo que imaginas. ¿Te da igual? Me lo temía. Sé que a pesar de que te diga esto vas a tener una relación con una chica durante más de un año, vas a seguir negando que te gustan los hombres, tendrás sudores fríos cuando te digan que tienes pluma al beber más de la cuenta y cuando estrenen Sr. y Sra. Smith dirás a tus amigos que te pone Angelina Jolie, aunque después te masturbarás con Brad Pitt.

Soy lo peor. He empezado diciendo que no puedo revelarte el futuro y ya te he adelantado media adolescencia. Ya estoy penalizado y probablemente no me vuelvan a dejar hablar contigo más, así que de perdidos al río:

Todo el mundo sabe que soy gay, incluyendo a mi/tu familia. Al principio, me costó bastante decirlo abiertamente, pero ya es algo de lo que hablo con total naturalidad. En cuanto a mi vida amorosa creo que es mejor que la descubras por… ¡Bah! ¿Qué más da? Si tú eres de los que se lee la última página de los libros porque no tienes paciencia para descubrir el final. Tengo pareja desde hace varios años, lo quiero muchísimo y me atrevería a decirte que es recíproco. ¿Cómo lo llevan mamá y papá? Para que te hagas una idea, ya ha estado en mi/tu casa en Nochevieja y han dicho la frase estrella de padres: es muy buen niño.

¿Te parece que es demasiado happy ending? A ver, hijo mío, no te pienses que todo es perfecto porque también vas a tener otros miles de problemas iguales o peores como la búsqueda de un trabajo en el que te sientas valorado, frustraciones porque creas que llevas toda la vida tomando las peores decisiones y el peor de todos, el que hará que te pases más de una noche en vela: Hacienda. Pero esto es mejor que lo vayas descubriendo tú poco a poco.

Fdo: Yo (de 2019)

P.D: lo de destruir la autobiografía de Ricky Martin iba en serio. Es uno de los peores libros que vas a leer en tu vida.

Diego García obtuvo el segundo lugar del concurso Cartas a mi yo adolescente con este texto.

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