Me llamo David, tengo 28 años y, a pesar mi corta edad, he podido experimentar lo que significa ser diferente y sus consecuencias. Yo vivo en Barranquilla (Colombia), un lugar lleno de idiosincracia machista, donde ser fuerte y sobrevivir a estas realidades siendo homosexual cuesta. A mí me ha costado demasiado.
A los 5 años empecé el colegio. En un principio todo el mundo me aceptaba como a un niño más. Desafortunadamente, al cabo de varios años, específicamente en 4º grado (9 años), los problemas comenzaron. Los otros chicos me odiaban porque me juntaba con mi mejor amiga Andrea, con quien tenia una gran amistad desde el preescolar. Éramos muy unidos, cumplimos años en el mismo mes y nuestras familias eran muy amigas. No entendía en aquel entonces el porqué de este odio Por eso me ignoraban completamente y me dejaban de lado, como a un bicho raro. Me decían que no me gustaban las cosas de hombres porque no jugaba fútbol ni ningún otro deporte. Me hacían sentir tan mal, extremadamente mal. ¿Qué había hecho yo para merecerlo? De ahí comenzaron todos los chismes, de que yo era una «niña» y que era «gay». No lo aceptaba, pero tampoco respondía golpeando. Siempre me gustó ser pacífico y no golpear, menos por cosas estúpidas, por lo cual aguanté los primeros insultos hasta que empezaron a extenderse por todo el colegio y comencé a ser el tema del año: nadie quería juntarse conmigo y empecé a ser severamente discriminado y aislado por los otros chicos. Esta situación siguió durante varios años. Dejé de querer ir al colegio, me hacía el enfermo ya que no aguantaba el apodo “gay”. Por supuesto, mi rendimiento escolar disminuyó notoriamente.
A los 12 años me di cuenta de que no podia seguir aguantando esos abusos de todo el colegio, así que decidí responder con golpes, lo que derivó en que me expulsaran del cole alegando que yo era el problema y que solo fuese a presentar los examenes finales aquel año. Debido a esto tuve que cambiarme a otra instiucion donde también me hicieron bullying, ya que mis antiguos compañeros se encargaron de averiguar dónde estaba estudiando y el matoneo siguió hasta que me gradué.
Actualmente sigo sufriendo bullying cada día. Ya no con aquellos compañeros de clase, sino que fui acosado en la universidad por parte de compañeros, profesores, por la calle… ¡Personas que no conozco me han hecho bullying! He buscado ayuda en varios lugares y tambien he sido discriminado. Pero ahora hay personas que me entienden y apoyan. Además, lo que importa es que puedo vivir mi vida como soy y no mostrar mi lado falso a la gente, ya que eso perturba mi vida y me hace sentir insatisfecho conmigo mismo.
He pasado por muchas depresiones, he estado solo, me han traicionado y engañado, perdí amigos, perdí compañeros en la vida… Pero sé que mi vida aún no termina y que será mejor algún día… Yo quiero encontrar la felicidad y para lograrlo debo seguir adelante. Sé que algún día la encontraré. Para mí ser discriminado es muy difícil, las realidades que llevo dentro de mí son un gran peso, pero vivir así significa ser fuerte. Vivo la vida para ser fuerte y para demostrar que soy valiente. ¡Mi vida va a mejorar! Y también la tuya. It Gets Better…