Daniela Vega (Chile, 1989) es una actriz y cantante lírica transexual que ha conseguido que Una mujer fantástica se haga con el Óscar a la Mejor película extranjera. Anteriormente ya habían cosechado éxito en festivales importantes, tanto Vega como el film. Sebastián Lelio y Daniela Vega formaron un tándem exquisito, y supieron transmitir la angustia a la que se ve sometida una persona transexual.
Vega interpreta a Marina, quien tiene que enfrentarse a la muerte de su novio y al rechazo de la familia de él, un hombre muchos años mayor que ella, cuya familia no acepta su relación cuando llega el momento de la despedida. Marina se siente cuestionada por todo el mundo, como si no fuese una persona real. Hay un momento en el que la exmujer de su novio le dice que ve en ella una quimera. Es, por desgracia, un fiel reflejo de la realidad, aquella en la que una persona es cuestionada por su género, por el género con el que se siente identificada.
El papel que hace Daniela Vega bien podría ser el de ella misma, aquel en el que trata de hacer una vida normal a pesar de las trabas de la gente intolerante. La crítica ha alabado su trabajo ya que se muestra totalmente natural, abatida, harta de tanta explicación y de tanta injusticia contra su persona. Marina es una mujer fantástica, aunque no se sepa mucho de su personaje, se muestra a una persona sensible, que sufre por la pérdida del ser amado.
Este tipo de cine hacía falta, con una actriz transexual que se prestara a mostrar la crudeza que puede llegar a sentir alguien en proceso de cambio. El cine no solo puede servir para que la sociedad se evada de sus problemas, sino que tiene que servir para enseñarle que un mundo más tolerante es posible y mejor. Quizás tenemos que ver lo que una mujer transexual sufre para entender la transexualidad, porque, a fin de cuentas, no somos tan diferentes y todos sufrimos el rechazo de algún modo en nuestra vida. Una película muy recomendable, dura, con una sensibilidad desgarradora y con el valor añadido de que es una historia que tiene más realidad que ficción y, por lo tanto, creíble y representativa.
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